La Diputación reconoce al padre Luis de Lezama con la Medalla de Álava

González: «en el padre Lezama reconocemos lo mejor de nosotros mismos, nuestra capacidad de acoger, de crear y de innovar con valores»

La Diputación Foral de Álava ha rendido un sentido homenaje al padre Luis de Lezama con la entrega de la Medalla de Álava, la distinción más alta que concede la institución foral. El acto, que tuvo que ser pospuesto por el apagón general que tuvo lugar el 28 de abril, ha tenido lugar en el Museo Artium de Vitoria-Gasteiz y ha reunido a representantes institucionales, miembros de la sociedad civil alavesa, familiares, amigos y admiradores de una figura que ha dejado una «huella imborrable» en múltiples ámbitos de la vida pública.

El diputado general de Álava, Ramiro González, ha subrayado en su intervención que «en el padre Lezama reconocemos lo mejor de nosotros mismos: nuestra capacidad de acoger, de crear y de innovar con valores». Unas palabras que resumen la huella que el padre Lezama ha dejado en el Territorio alavés y en toda la sociedad.

Luis de Lezama, sacerdote, educador, escritor y emprendedor social, fallecido en el mes de enero, ha sido reconocido hoy a título póstumo por su «incansable labor a favor de la inclusión, la dignidad y el desarrollo personal de miles de jóvenes en riesgo de exclusión». Natural de Álava, su trayectoria vital estuvo marcada por un «profundo sentido de servicio y una firme voluntad de tender puentes entre personas, generaciones y realidades diversas», ha destacado la Diputación.

La Fundación Lezama, que él fundó y promovió, ha sido durante décadas un ejemplo de cómo la educación, la gastronomía y el compromiso social pueden unirse para transformar vidas. A través de sus escuelas de hostelería, programas formativos y comedores sociales, el padre Lezama ofreció «no solo herramientas para el empleo, sino también valores, horizonte y dignidad a quienes más lo necesitaban», ha agregado.

El diputado general de Álava también ha manifestado que la vida del padre Lezama es «una lección permanente de cómo unir tradición e innovación, fe y acción, raíz y horizonte», la tiempo que ha subrayado el valor de su liderazgo. «Hablar del padre Lezama es hablar de una vida entregada a servir», ha dicho.

El acto de entrega ha sido especialmente emotivo al tratarse de la primera Medalla de Álava concedida a título póstumo. El propio diputado general ha recordado la última conversación que mantuvo con el padre Lezama, poco antes de oficializar la concesión. «Le recuerdo ya frágil de salud, pero emocionado de verdad y muy agradecido», ha expresado.

La medalla ha sido recogida por un familiar, quien ha dirigido unas palabras a los asistentes. «Recibo esta medalla con profundo agradecimiento y emoción. Estoy seguro de que, como buen alavés, se sentiría inmensamente orgulloso de que su tierra -representada hoy por esta Diputación- le rindiera este reconocimiento tan lleno de afecto y significado. Esta medalla es para nosotros un enorme honor y un motivo de alegría. Sentimos que Álava le ha dado las gracias, y por eso, nosotros también queremos decir gracias», ha señalado.

El acto ha concluido con un mensaje claro: la concesión de esta medalla «no solo es un tributo personal, sino también un gesto colectivo, una declaración sobre los valores que Álava quiere seguir defendiendo: la generosidad, la visión de futuro, el compromiso social y la sensibilidad humana», ha apuntado la institución foral.

La familia ha expresado su deseo de seguir impulsando el legado del padre Lezama, apoyando todas aquellas iniciativas y eventos que lleven su nombre, «con alegría, con orgullo y con la gratitud de una familia profundamente emocionada».

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